Mª
Ángeles Trujillo Valera
Antonia
Abellán Pérez
Pedagogas
CDIAT AVANZA
La dislexia es un trastorno del aprendizaje de la lectoescritura, de carácter persistente y específico, que se da en
niños que no presentan ningún hándicap físico, psíquico ni sociocultural y cuyo
origen parece derivar de una alteración
del neurodesarrollo.
Atendiendo a su
carácter específico son niños que sólo presentan dificultades en tareas
relacionadas con la lectura y la escritura. Por tanto, no se consideran disléxicos los niños que
tienen un retraso intelectual o madurativo, niños con alguna discapacidad
psíquica o física o niños no escolarizados o que estén en
situaciones ambientales desfavorables.
La dislexia es
una dificultad para la
descodificación o lectura de palabras, por lo que estarían
alterados alguno de los procesos cognitivos intermedios entre la recepción de
la información y la elaboración del significado.
No todos los niños disléxicos presentan las
mismas dificultades y/o características. Por tanto, es esencial hacer un diagnóstico exhaustivo y
detallado para poder establecer programas
de intervención específicos.
El niño/a
disléxico debe poner tanto esfuerzo en las tareas de lectoescritura que tiende
a fatigarse, a perder la concentración, a distraerse y a rechazar las tareas
relacionadas con la lecto - escritura.
CAUSAS DE LA DISLEXIA
Según las últimas
investigaciones no se tiene certeza de cual es la etiología exacta de la
dislexia, aunque podríamos decir que la dislexia tiene un origen
neurobiológico, con una importante carga hereditaria. Las causas de la dislexia
corresponderían a la disfuncionalidad de alguna región o regiones cerebrales
implicadas en la ejecución de la lecto-escritura. Teniendo en cuenta que cada
sujeto disléxico tendrá afectados distintos sistemas neuronales, lo que
explicaría la variada sintomatología de la dislexia y destacaría la importancia
de establecer un diagnóstico diferencial riguroso para
poder determinar las estrategias de intervención más adecuadas en cada
caso.
TIPOS DE DISLEXIA
Dentro de la dislexia hay una gran variación individual a
pesar de que, teóricamente, se presenta una sintomatología común, por tanto
podríamos decir que este trastorno presenta diversas formas según las
alteraciones específicas que conlleve.
Normalmente en el ámbito educativo vamos a hablar
de dislexia del desarrollo o de dislexia evolutiva, ya que
la dislexia adquirida es aquella provocada tras una lesión cerebral
en las áreas encargadas del procesamiento lectoescritor.
Tenemos que diferenciar la dislexia del retraso
lector, de trastornos específicos del lenguaje, de un retraso madurativo,
del TDAH o de cualquier otra patología o discapacidad que pueda
conllevar dificultades a la hora de adquirir la lectoescritura.
Existen numerosas clasificaciones y nomenclaturas, en
este caso estableceremos la clasificación de los tipos de dislexia en
función de las rutas de procesamiento o acceso al léxico que están afectadas,
por lo que podemos diferenciar entre:
Dislexia fonológica o indirecta
Este tipo de dislexia dificulta la lectura de palabras
largas y poco frecuentes y de palabras funcionales e imposibilita
la lectura de pseudopalabras, donde suelen cometer muchos errores
visuales, es decir, leen “espada” cuando pone “espaca”.
Dislexia superficial
Tendrá problemas a la hora de leer palabras
irregulares, tendiendo a regularizarlas, por lo que normalmente comenten
numerosos errores de omisión, adición o sustitución de letras.
Dislexia mixta o profunda
Se cometen errores semánticos, es decir, que se leen
unas palabras por otras que no tienen ningún parecido visual pero sí semántico.
Cometen numerosos errores visuales y derivativos a la hora de leer y presentan dificultades para acceder
al significado.
Signos
para detectar la dislexia
Niños de Educación Infantil
- Historia Familiar de problemas disléxicos
(padres, hermanos, otros familiares)
- Retraso en aprender a hablar con claridad
- Confusiones en la pronunciación de palabras
que se asemejan por su fonética
- Falta de habilidad para recordar el nombre de series
de cosas, por ejemplo los
colores
- Confusión en el vocabulario que
tiene que ver con la orientación espacial
- Alternancia de días "buenos" y
"malos " en el trabajo escolar,
sin razón aparente.
- Mayor habilidad manual que
lingüística, que aparecerá típicamente en las pruebas de inteligencia.
- Dificultad para aprender las
rimas típicas de la etapa de Educación Infantil
Niños hasta 9 años
Niños entre 9 y 12 años
- Continuos errores en lectura, lagunas
en comprensión lectora.
- Forma extraña de escribir, por ejemplo, con
omisiones de letras o alteraciones del orden de las mismas.
- Desorganización en casa y en la escuela.
- Dificultad para copiar cuidadosamente
en la pizarra y
en el cuaderno.
- Dificultad para seguir instrucciones
orales.
- Aumento de la falta de autoconfianza y
aumento de la frustración.
- Problemas de comprensión del lenguaje oral e
impreso.
- Problemas conductuales: impulsividad,
corto margen de atención ,
inmadurez.
Niños de 12 años en adelante.
- Tendencia a la escritura descuidada,
desordenada, en ocasiones incomprensible.
- Inconsistencias gramaticales y errores
ortográficos, a veces permanencia de las omisiones, alteraciones y
adiciones de la etapa anterior.
- Dificultad para planificar y para redactar
relatos y composiciones escritas en general.
- Tendencia a confundir las
instrucciones verbales y los números de teléfono.
- Gran dificultad para el aprendizaje de
lenguas extranjeras.
- Baja auto-estima
- Dificultad en la percepción del lenguaje, por
ejemplo en seguir instrucciones.
- Baja comprensión lectora.
- Aparición de conductas disruptivas o de inhibición progresiva.
A veces, depresión.
- Aversión a la lectura y
la escritura.
INTERVENCIÓN
Una vez detectada la dislexia, se pasará a realizar la intervención
en la cual debemos tener en cuenta no sólo los trastornos que presenta el niño
sino también sus posibilidades y capacidad para apoyarse en ellas. El
diagnóstico y la intervención deben realizarse lo antes posible.
Se obtendrán mejores resultados cuanto antes comience la
intervención, se irá dotando al niño de mecanismos para superar dificultades y
facilitar el aprendizaje de la lecto – escritura.
Para una mejor evolución se deberá reforzar los
aprendizajes del aula con tratamientos individuales, donde se trabajen ejercicios específicos de actividad mental,
perceptivo – motrices y de refuerzo de la lectura y escritura.
El papel de los padres en el tratamiento de la dislexia es
una fuente de ayuda importante para sus hijos en cuanto al apoyo emocional y
social. El niño debe de saber que sus padres comprenden la naturaleza de sus
problemas de aprendizaje. Esto requerirá frecuentemente el tener que dar al
niño algún tipo de explicación acerca de
sus dificultades disléxicas.
Hay que evitar que la ansiedad de los
padres aumente los problemas del niño, aumentando su ansiedad y
preocupación generando dificultades emocionales secundarias.
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