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lunes, 30 de julio de 2012

LA VOZ COMO INSTRUMENTO: DEL LLANTO AL HABLA


Teresa Guirao Pujante
Logopeda y Pedagoga.
CDIAT AVANZA

Aún cuando es posible decir que el habla se inicie con las primeras palabras que pronuncia el/la niño/a, la verdad es que varios meses antes de emitir sus primeras palabras comprensibles ya ha aprendido el significado de los sonidos y de las estructuras sonoras del lenguaje. Desde muy temprana edad están captando y analizando el lenguaje que escuchan a las personas que los cuidan y, de una manera u otra, están reaccionando ante el mismo.
Desde el momento del nacimiento utilizamos la voz para que el llanto sea percibido. Es una forma de comunicación normal y es uno de los problemas que más suelen preocupar a los futuros padres. Ciertamente, no siempre es fácil averiguar su causa, tras el llanto del bebé siempre hay una necesidad o un deseo insatisfecho. Poco a poco después, ya irá lanzando gorgoritos, pequeños gritos… Llora para que le den lo que no puede obtener por sí mismo ni puede pedir hablando, o llora porque algo le molesta; pero también llora cuando necesita descargar tensiones acumuladas. Es decir, nuestro cuerpo tiene un instrumento que utiliza: tanto para pedir ayuda, como por queja o por desahogo, con el que puede hacer música y aprende a hablar. Por este simple hecho, es importantísimo el acompañar a nuestros hijos en la utilización de este instrumento tan valioso, para su maduración: gorjear, balbucear y ronronear con ellos, usar un tono maternal, inventar nuevos juegos, nombrar todos los objetos que le rodean, las partes del cuerpo mientras le bañamos, las cosas que vemos en el parque cuando vamos a pasear, etc.

El llanto siempre responde a una necesidad, física o psicológica, que se debe procurar descubrir y satisfacer lo antes posible. El bebé se siente vitalmente amenazado cuando pierde el bienestar y, como la experiencia todavía no le ha enseñado que lo va a recuperar enseguida, no puede tener paciencia.
Además de que siempre es más difícil calmar a un niño que lleva llorando mucho rato, al atenderle pronto no se le “malcría”, sino que, al contrario, se le demuestra que puede confiar en su propia capacidad para reclamar ayuda, y en que existe alguien dispuesto a brindársela, sentimientos básicos para el desarrollo positivo de su personalidad (esto es, en los primeros meses, no generalicemos a una etapa demasiado avanzada o a pasarnos el día con la criatura en brazos). Del mismo modo, cuando más que llorar, gruñe o se queja, o si por la noche está lloriqueando entre sueños, conviene darle tiempo para que tenga la oportunidad de resolver el problema por sí mismo.

            Para entender como va pasando nuestro bebé del llanto al habla reflejaremos un breve resumen de su desarrollo en los primeros meses e intentaremos mostrar algunas pautas o juegos sencillos, a nivel de lenguaje, que sean prácticos para todos:

De 0-2 meses: Los bebés, aunque parezca que no nos entienden, están empezando a conocernos. Su llanto no siempre es por hambre, pueden tener sueño, estar molestos… (con él expresa emociones y le sirve para comunicarse).
Aparecen las primeras vocalizaciones reflejas (no hay intención en el bebé) son sonidos agudos y universales (da igual el idioma que después vayan a utilizar). Reacciona al sonido, como el de una campañilla. Por ejemplo, emiten sonidos placenteros ante lo cómodo y de desagrado ante lo incómodo.
Tipos de juegos que podemos hacer con ellos: acariciarles, mecerles, moverles y cantarles son suavidad.
  
De 2 - 3 meses:
-  Es aconsejable decirles cosas y esperar a que hagan algo: se rían, emitan algún sonido… ya que vocalizan (“aaa”, “eee”, “uuu”) respondiendo a la sonrisa y conversación del adulto.
-  Comienzan en esta etapa los primeros gorjeos: “ajo”, otros sonidos guturales (los que se pronuncian con la parte de atrás de la boca: /K/ - /J/ - /G/) y sonidos débiles bilabiales (/B/ - /P/).
-  Buscan tratando de localizar sonidos.
Podemos jugar con ellos cantándoles o moviendo objetos para que los sigan con la mirada, por ejemplo.
  
De 3 - 5 meses:
-  Hacen juegos vocales con sonidos semejantes a consonantes y vocales de forma aislada (balbuceo: ga, ga, ga, ba, ba, ba).
-  Están atentos a la voz (sobre todo a la de la madre), a la música y a los ruidos, buscando con la mirada el origen del sonido, girando los ojos o la cabeza en la dirección de que proviene.
-  Se despiertan con ruidos que antes no le molestaban.
-  Vocalizan espontánea y prolongadamente sonidos guturales (“a-guuu”; “ga, ga, ga”).
-  Gritan para llamar la atención, (festejádselo pues es una forma de llamaros).
-  Sonríen con sólo ver una cara.
-  Reproducen murmullos.
Les podemos proponer juegos de interacción, les hablaremos y miraremos, para encontrarnos con su mirada. Ofreceremos juegos atractivos de diferentes tamaños y texturas que sean seguros. Les llamaremos desde diferentes sitios para que nos busquen. Repetiremos los sonidos que é/ella haga, para parecer que establecemos una conversación, ya que responderán con balbuceos a nuestras voces; tened en cuenta que cuando se les hable no debemos distorsionar el nombre de las cosas, pronúncienlas correctamente.

De 6 - 9 meses:
-  Hacen un balbuceo con cadenas silábicas de consonantes y vocales reiteradas y largas, cambiando la vocalización según su estado de ánimo.
-  Fijan la mirada en la boca de quién le habla.
-  Emiten sonidos en forma exclamativa.
-  Comienzan la imitación de gestos simples.
-  Les gusta escuchar palabras familiares y las entiende.
Jugaremos con ellos a: “aserrín.- aserrán” – “cucú”… y disfrutaremos de estos momentos, ya que con vuestra atención y palabras irá aprendiendo a imitar algunos sonidos, habladles mucho, cantándoles o haciéndoles escuchar música suave. Les daremos juguetes atractivos con diferentes tamaños, colores, texturas y les iremos dejando que se entretengan solos algunos ratitos.
  
De 9 meses hasta las primeras palabras:
-  Empiezan a utilizar este balbuceo y cadenas silábicas, en situaciones de comunicación: como en los juegos con papá y mamá, que se parecen cada vez más a palabras de la lengua del idioma en que se les hable.
-  Responden al propio nombre.
-  Suelen comprender la prohibición “NO”.
-  Responden a órdenes sencillas.
-  Intentan expresar sus deseos y gustos.
-  Imitan sonidos de algunos animales, gestos y algunas palabras.

Acciones que les pueden favorecer: Acerquen el rostro al del niño, gesticulen y háblenle en forma exclamativa, veréis como tratan de imitarles. Habladles mucho: podéis contarles qué es lo que estáis haciendo, los hechos que ocurren… con un lenguaje claro y expresivo; Por otro lado, el niño tratará de llamar su atención de diferentes maneras: agitará sus piernas, brazos, emitirá sonidos o gritos (acérquense sólo cuando lo haga a través de algún sonido, sólo así lo acostumbrará a que se comunique por medio de sonidos, además de gestos). Acostumbraos a llamarles por su nombre, evitando diminutivos que lo confundan. Poco a poco aparecerán las primeras palabras

Y con las primeras palabras… el habla, que nos lleva a la expresión, a la comunicación y las relaciones, como bien refleja en estos versos de Jorge Guillén:

… No estoy solo. ¡Palabras!
y merced de sus signos
puedo acotar un trozo de planeta
donde vivir tratando de entenderme
con prójimos más próximos
en la siempre difícil tentativa
de gran comunidad…

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